El trastorno autista sigue siendo uno de los grandes desconocidos y olvidados de la sociedad. Es un espectro de casos caracterizados por graves déficits del desarrollo, permanentes y profundos. Estos pueden afectar la socialización, la comunicación, la imaginación y la conducta, entre otras aspectos de la interacción humana. El autismo está presente en aproximadamente el 1 % de la población mundial y, aunque esta cifra pudiera parecer baja, en Jalisco uno de cada 300 niños presenta autismo, de acuerdo con estadísticas estatales. A pesar de que apenas se aprobó una ley para la atención y protección de esta población este año, la mayoría de las escuelas públicas y privadas (al igual que los ambientes laborales), no están preparados ni capacitados para tratar y ayudar a potenciar las habilidades particulares de estas personas.
Entrevista con Ana Laura Nigenda Castillo
La psicóloga Ana Laura Nigenda Castillo nos concede una entrevista para aclarar los conceptos erróneos que se tienen respecto las personas que se encuentran dentro del espectro autista. La psicóloga realizó una tesis junto con la especialista Adriana Mariana Calzadias Herrera. En ella, se enfocó en demostrar la siguiente premisa: cuando las personas sin el trastorno del espectro autista no emiten ningún juicio de valor que pueda perjudicar el proceso de comunicación, entonces esta puede ser, además de efectiva, recíproca. Así se puede llegar a obtener una interacción donde el respeto y la empatía forman parte de la conversación. La especialista asegura: “Debemos mostrar genuina empatía para fomentar la educación e inclusión hacia el trastorno autista”.
Fernanda Zavala: La mayoría de la gente relaciona el autismo más que nada con la comunicación. ¿Es porque es lo más evidente?
Ana Laura Nigenda. Sí, dado que somos seres sociales por naturaleza y estamos constantemente estableciendo relaciones interpersonales, lo primero que solemos notar en el otro es su capacidad para comunicarse. Sin embargo, el autismo engloba muchas otras áreas.
F.Z. ¿Es cierto que el autismo siempre viene acompañado de una inteligencia superior?
A.L.N. No, por lo general el autismo trae consigo un déficit cognitivo notable, sobre todo en los grados más altos. En donde es posible observar una inteligencia superior es en las personas con Asperger. La única limitación importante de las personas con Asperger es al momento de establecer relaciones sociales.
F.Z. ¿Se puede evaluar la inteligencia de las personas con autismo?
A.L.N. La inteligencia puede ser evaluada en cualquier individuo con o sin autismo. Una de las pruebas para evaluar inteligencia más comunes es la Escala de Wechsler WAIS-IV para adultos y el WISC-IV para niños.
F.Z. ¿De qué forma suelen mostrar sus sentimientos y emociones las personas autistas?
A.L.N. Muchas veces las emociones o sentimientos suelen expresarse de una forma atípica, dependiendo del nivel de gravedad en el que se encuentre el individuo. Es decir, una persona en grado 3 puede demostrar pobre o nula motivación por expresar muestras de afecto y cariño, mientras que un individuo en un grado menor puede estar motivado a mostrar sus emociones y afecto al igual que una persona “típica”. La diferencia es que, al momento de presentarse en situaciones sociales, existirán dificultades en cuanto a la interacción afectiva y comunicación con otros sujetos.
F.Z. Hay diversos grados en función de sus características. Hay casos de personas que quizás tengan más oportunidad de trabajar o más independencia como adultos. Por ejemplo, que presenten lo que antes se llamaba solo Síndrome de Asperger. ¿Puedes explicar esto y la diferencia?
A.L.N. El autismo cuenta con 3 niveles de gravedad. Sin embargo, no importa en cuál de estos 3 niveles se encuentre, la persona siempre va a necesitar ayuda. Tendrá un coeficiente intelectual por debajo de la media, retraso en la adquisición del lenguaje, un desinterés general en el establecimiento de relaciones sociales y un vocabulario limitado. Por otro lado, aunque el Asperger se encuentre dentro del espectro autista, es una variante completamente diferente. Las personas con Asperger presentan un coeficiente intelectual por encima de la media, y cuentan con buenas habilidades comunicativas por su alto nivel en vocabulario y gramática. Ellos desean entablar relaciones sociales, mientras que las personas con autismo suelen replegarse más en su mundo interior.
F.Z. ¿El Tratamiento es de por vida?, ¿Cuáles son las recomendaciones más usuales?
A.L.N. Sí, puesto que para una persona dentro del trastorno del espectro autista no hay cura. Las principales recomendaciones para el tratamiento serían trabajar con un profesional que tenga experiencia en el campo y estar siempre al pendiente de los progresos.
F.Z. ¿Ha visto muchas diferencias en los progresos conseguidos con niños diagnosticados tempranamente y otros que han comenzado la terapia más tarde?
A.L.N. El tratamiento de intervención temprana puede mejorar considerablemente el desarrollo del niño. Cuando se diagnostica durante sus primeros años, puede ayudarle a aprender destrezas importantes.
F.Z. ¿Cómo suele ser el proceso interactivo y el papel de los padres con estos niños?
A.L.N. Cada niño con trastorno del espectro autista es diferente, por lo tanto, los padres van aprendiendo sobre la marcha. Mientras más van entendiendo las conductas de sus hijos y su propósito, generan estrategias que les permiten satisfacer sus necesidades de la mejor manera posible, desde una postura empática.
F.Z. ¿Hay más hombres o mujeres con este síndrome?
A.LN. El trastorno es cuatro veces más frecuente en el sexo masculino que en el femenino. Además, las dificultades sociales y comunicativas suelen manifestarse de forma más tenue en el sexo femenino.
F.Z. ¿Cuáles son las mejores formas de estimular y potenciar los talentos de estas personas? Música, deportes, hobbies, ciencia, etc.
A.L.N. Considero que lo principal sería no negarles la oportunidad de realizar cualquiera de estas cosas (cantar, dibujar, practicar algún deporte, etc). Alentarles a perseguir esto que les apasiona e inscribirlos en algún taller, curso, equipo deportivo en donde puedan comenzar a practicarlo y volverse cada vez mejores.
F.Z. ¿Cómo puede una escuela promedio tener una buena predisposición y herramientas para trabajar con estos niños?
A.L.N. Primero debe informarse acerca de este padecimiento, de cuáles son sus características y cómo estas afectan a un niño. Segundo, capacitarse e involucrar a los padres de familia. Después, preparar el salón de clases de acuerdo a sus necesidades, enfocándose sobre todo en lo sensorial (tacto, olores, sonidos, luces). Luego, educar a los compañeros de clase del niño y colaborar con la implementación de un programa educativo. Y, sobre todo, estar preparados para manejar los cambios de conducta del menor.
F.Z. Las personas con autismo tienen un gran potencial. ¿Qué necesitan de nosotros como sociedad para que puedan desarrollar sus habilidades?
A.L.N. Necesitan que las personas sin el trastorno demuestren genuina empatía y que formen parte de la conversación inclusiva para que se fomente la educación hacia el trastorno. Seguramente todos conocemos a alguien con autismo, ya sea una persona cercana o lejana; sin embargo, existe un miedo común por lo desconocido, y generalmente las personas prefieren alejarse de lo que no comprenden porque es más cómodo. Necesitamos ser una sociedad que esté dispuesta a la incomodad para poder generar cambios hasta que ya no sea incómodo entablar una relación con el otro.
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