Redacción: Renata May y José Carlos Soto.
Las historias de abuso se han masificado y el peligro radica en estar dirigidas a un público joven y vulnerable. Aunque hoy los autores son más conscientes de lo que escriben, influenciados por el feminismo, la literatura juvenil ha visto un auge en historias que tratan sobre relaciones tóxicas. Pero, ¿qué es una relación tóxica?
Relación tóxica
Este término se refiere a cualquier relación de pareja o amistad en la que existe un desequilibrio de poder. Abruma la falta de respeto mutuo y el exceso de control. Cuando uno de los integrantes no se siente cómodo porque se percibe como inferior, defectuoso o inútil. Este tipo de relaciones suelen caracterizarse por la dependencia emocional, celos enfermizos y falta de diálogo.
Es válido escribir sobre relaciones tóxicas porque son una realidad. Sin embargo, el problema surge cuando estas relaciones machistas, misóginas y violentas se romantizan y presentan como magníficas historias de amor trágico y doloroso. Lo preocupante es que se venda como normal lo que no es. De tal forma se promueve un modelo de relación dañino para los adolescentes.
FIL convoca diálogo: Relaciones tóxicas en la literatura
En el marco de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL), se ha organizado un encuentro titulado “Relaciones tóxicas en la literatura“, moderado por la escritora Sabina Urraca. En este diálogo, participarán las autoras María Fernanda Ampuero, Marta Sanz y Nuria Barrios, quienes abordarán cómo la literatura contemporánea refleja y problematiza estas relaciones.
El evento se llevará a cabo el jueves 5 de diciembre de 17:00 a 18:20 en el Salón 4 de Expo Guadalajara. El Ministerio de Cultura de España, Acción Cultural Española (AC/E) y la Editorial Páginas de Espuma apoyan este diálogo.
¿Quiénes son las ponentes?
Sabina Urraca, autora de El Celo, relato que retrata sobre una relación de abuso. Expuso, para una entrevista con Vogue España, que las obras literarias de este estilo plantean una narrativa de relaciones de pareja abusivas donde la mujer debe huir de un monstruo. Sin embargo, las personas son complejas. Por lo que muchas veces corren hacia el monstruo. Aunque intenten quitarles de él, vuelven.
“En estos tiempos tan dogmáticos, a la gente le resulta difícil entender los matices, la contradicción. Además, desde fuera, es muy fácil ver una situación así como una peli y decir este es el bueno, este es el malo. Pero desde dentro todo es mucho más complicado, todo se mezcla. El ser humano es muy complejo, yo he visto víctimas defendiendo a sus abusadores en un momento dado” comentó la Urraca para el medio español El Mundo.
La escritora española reflexiona más sobre ello en artículos e incluso otros de sus libros, como es el caso de Las niñas prodigio (2017). Una autora retadora, que en sus obras plasma la ficción con la realidad. Hoy reivindica la figura de la literatura. Ella será la moderadora del encuentro literario de la FIL.
Por otro lado, Marta Sanz, escritora ecuatoriana, se ha enfocado en el feminismo literario. Su objetivo con ello ha sido impulsar con sus obras esa lucha y percepción de querer hacer el cambio. Ella ve la literatura de este tipo como un eco, un estéreo, no moda. Pero sobre todo, debe ser solidaria.
En su libro Pelea de Gallos (2018) busca con un activismo frontal contar como todos pelean con algo. Considera que es impensable que una historia tenga un final feliz. La ecuatoriana estará junto a Nuria Barrios, española con un doctorado en filosofía, quien ha escrito con una visión feminista libros como Todo Arde (2022) y Amores Patológicos (2023). En donde aborda temas como el erotismo, la familia, la exploración y autoconocimiento de las pasiones a través de su narrativa.
Junto a ellas, estará la española Marta Sanz, quien enfrenta en sus obras temas como el feminismo, política y cultura. Para ella, la literatura es capaz de construir ideología. Por lo que no se debe tomar a la liguera el poder de influencia de la prosa narrativa.
“Desde una perspectiva crítica, la novela puede ser asertiva respecto al relato oficial o, por el contrario, intentar sacar a la luz los elementos de la ideología dominante, que no vemos, porque se identifica con lo que entendemos como normalidad. Las mejores novelas nos permiten ver lo que no podríamos percibir de no ser por ellas. La especificidad de esa interacción, en la que desde la realidad se construye una realidad nueva que inevitablemente interfiere en el espacio público, consiste en que, en los géneros artísticos y literarios” meditó en entrevista para medio El Salto.
Estas cuatro voces femeninas serán las que compartan su perspectiva de la literatura contemporánea que aborda como eje las relaciones tóxicas.
Literatura contemporánea como apología
Ejemplos como Crepúsculo o Cincuenta sombras de Grey han popularizado la imagen de la relación tóxica bajo una apariencia de romance. En Crepúsculo, Edward Cullen, un personaje controlador que supervisa cada movimiento de Bella. Quitándole autonomía bajo el disfraz de protección. Esta representación, idealizada para adolescentes, promueve una idea errónea del amor.
Lo mismo ocurre con Cincuenta sombras de Grey, donde Christian Grey controla a Anastasia en todos los aspectos de su vida, desde su apariencia hasta su vida profesional. Aunque esta novela está dirigida a un público adulto, la relación desigual y abusiva que presenta ha sido ampliamente criticada. Pero el verdadero peligro radica en que historias como After. Dirigidas a adolescentes, normalizan el abuso bajo la excusa del amor, perpetuando un patrón peligroso.
After: ejemplo de abuso romantizado
After es un claro ejemplo de cómo se romantiza el abuso en la literatura juvenil. Más allá de sus escenas de sexo explícitas, lo preocupante es la normalización de comportamientos abusivos, justificados por el amor. Celos, insultos y control sobre la vida de la protagonista se presentan como aspectos normales de una relación. Enviando un mensaje equivocado a los adolescentes que deberían aprender a valorar relaciones sanas basadas en el respeto y la confianza.
Libre albedrío del lector
Un lector adulto puede identificar señales de abuso en estas historias. Pero los jóvenes, en su proceso de formación, pueden no tener la misma capacidad crítica. La idealización de estas relaciones, especialmente en literatura juvenil, puede ocasionar que normalicen comportamientos tóxicos y los reproduzcan en sus vidas. Las novelas con finales felices no reflejan la realidad, donde la violencia machista cobra vidas cada año.
Patrones en la prosa
En historias como Crepúsculo, Cincuenta sombras de Grey o After, el hombre es presentado como poderoso y controlador. Mientras que la mujer es sometida y dependiente. Estas tramas reproducen patrones de violencia patriarcal que deben ser analizados con un ojo crítico. Tanto por los lectores como por las editoriales. La responsabilidad de las editoriales es fundamental al decidir qué tipo de mensajes promueven con estas publicaciones.
Con el fin de invitar al lector a ser crítico con novelas que influencian la percepción de las relaciones. Sin duda es crucial que se promueva una lectura consciente y responsable.