“Que la vergüenza cambie de bando”, esa fue la frase que ha resumido el caso de Gisèle Pelicot. Una mujer francesa de 72 años quien fue violada por su ahora exesposo, Dominique Pelicot por lo menos durante 9 años.
Entre 2011 y 2020, no sólo él la violó. El hombre de 71 años contactó a través de portal web a otros hombres de Mazan, pueblo en el sureste de Francia donde vivía la pareja. Los invitó a que ellos violaran a Gisèle mientras ella estaba en estado de inconsciencia, pues Dominique le daba medicamentos para dormirla, suministrándole ansiolíticos.
Se estima que por lo menos 83 hombres la violaron, de ellos 54 han sido identificados y 51 comparecen hoy ante el tribunal de Aviñón, incluido Dominique.
El juicio comenzó el 2 de septiembre y se espera que se extienda hasta diciembre de este año.
“Soy un violador como todos los presentes en esta sala”, fue la declaración de Dominique Pelicot. El francés se declaró culpable. Beatrice Zavarro, abogada de la mente intelectual del caso, declaró que, tras la disculpa pública y aceptar sus actos, queda en manos de Gisèle el resto.
Al salir de la audiencia Gisèle fue aplaudida por los asistentes, reiterando que busca que su caso sea público para evitar que algo así se repita.
Quien fue su marido durante 50 años confesó en la audiencia ser culpable de los cargos de violencia sexual y sumisión química, además de relatar haber sufrido de dos violaciones cuando era menor de edad.
En 2020, el acusado fue descubierto cuando grababa debajo de las faldas de mujeres en un centro comercial. Al revisar su celular se encontraron videos de su esposa mientras era violada por múltiples hombres en estado de inconsciencia. Además, las autoridades se toparon con fotos de su hija y de sus dos hijastras, algunas de ellas desnudas. En comisaria a Gisèle Pelicot le enseñaron esas grabaciones, ahí fue cuando descubrió la verdad.
Su hija asegura que su padre es uno de los mayores delincuentes sexuales de los últimos 20 años. Este suceso ha causado todo tipo de reacciones y manifestaciones en Francia.
Tanto Pelicot como los otros juzgados podrían recibir penas de hasta 20 años. Mientras, las autoridades continúan en identificar a los otros hombres que habrían participado en las violaciones.
El debate de hoy
¿Qué revela el caso de la violación sistemática hacia Gisèle Pelicot? ¿Por qué importa el consentimiento para diferenciar entre una violación y una relación sexual?
Durante años Gisèle Pelicot padeció lagunas de memoria que no sabía a qué achacar. Sufrió dolencias ginecológicas y dolores de cabeza cuyo origen desconocía. La realidad es que había sido violada por múltiples hombres, cuyas edades van de los 26 a los 74 años. Entre los presuntos perpetradores se encuentran tanto desconocidos como rostros familiares.
Las indicaciones de su exmarido a sus cómplices eran claras. Aparca en un colegio cercano la vivienda familiar y hacer el resto del camino andando. No oler a tabaco o a perfume para no dejar rastro. Llevar las uñas cortadas o calentarse las manos antes de la violación para no despertar a la víctima. Todo un método. Nadie denunció.
#NotAllMen
Todo el debate y la polémica que se generó en torno a este caso dejaba en acuerdo a la opinión pública hasta que alguien dice … Que esto es sólo un ejemplo, extremo sí, pero solo un ejemplo de cómo las mujeres son víctimas permanentes de abusos, de agresiones, de violencias por parte de hombres “normales”.
Es evidente que la vida y la integridad de las mujeres están en riesgo. En ese contexto, surge la frase “no todos los hombres”. Mientras se trate a los agresores, como los de Gisèle Pelicot, como monstruos, parece aceptable. Sin embargo, cuando se sugiere que no son monstruos, sino personas comunes, es cuando se genera una reacción defensiva.
Esa reacción es tan frecuente en todo el mundo que el feminismo la resume con la expresión: “Not all men”. Traducido sería como “un hombre, no todos los hombres somos así”.
A puerta abierta: cambiando de bandos
Tras la decisión del tribunal de Aviñón, en el sur de Francia, de proyectar a puerta cerrada las imágenes de las violaciones a Gisèle, la principal víctima criticó la restricción, ya que busca que la “sociedad” cambie.
En los últimos días, el tribunal proyectó las evidencias visuales de las violaciones sin público, mas que con la presencia de la prensa. El presidente del tribunal, Roger Arata, dictaminó que sea a puerta cerrada. Señalando que “esas imágenes son indecentes y chocantes para el público”.
Magistrados, abogados, acusados y parte de civiles son los únicos que podrán ver el material. Mientras una o varias partes lo soliciten. Sin embargo, los abogados de Gisèle y su familia lamentaron estas restricciones.
Stéphane Babonneau, abogado de la principal víctima sobre ello pronunció que “hay que tener la valentía de enfrentarse” a la realidad de la violación en este proceso que “debe cambiar la sociedad”. Declaró a la prensa que “no hay que temer enfrentarse a la violación”. Rescatando el valor de Gisèle tras decir ver los videos por primera vez.
Gisèle Pelicot por renunciar a su anonimato en el caso, se ha convertido en heroína de muchas víctimas de violación y en un símbolo de la lucha contra la violencia sexual en Francia, tras permitir que el juicio sea público. Gisèle apareció abiertamente frente a los medios de comunicación y dio rostro y voz a aquello que comúnmente se suele silenciar.