Este 12 de octubre se llevó a cabo la Romería de Zapopan, conocida también como “la llevada de la Virgen”. Pero este año la romería ha sido la más atípica que recuerdan los zapopanos. Debido a la pandemia, La Virgen de la Expectación de Zapopan, también nombrada como La Generala, no pudo ser cargada por los feligreses en esta edición 286. La procesión contó solamente con elementos de la policía, protección civil, paramédicos y miembros del clero. Las personas pudieron seguir el breve recorrido que duró apenas 1 hora a través de las redes sociales y la televisión. Eso sí, hubo quienes salieron movidos por la fe buscando una oportunidad de encontrarse con “la Morenita”.
Las históricas imágenes de la Plaza Juan Pablo II en el centro zapopano fueron impactantes porque esta se encontraba totalmente vacía. Fue un ambiente parecido al que se vivió en abril pasado, cuando el Papa Francisco dio un mensaje al mundo en una vacía Plaza de San Pedro, en el Vaticano. Únicamente los medios de comunicación rodeaban a la Virgen, que ingresó en su carro hasta el atrio de su Basílica. Allí la esperaban hermanos franciscanos, los canónigos de la diócesis, su Guardia de Honor y elementos de seguridad del Estado. Entre el repique de las campanas, los tambores y trompetas, la llamada taumaturga (milagrosa) ingresaba a su casa. Adentro, le esperaban más miembros del clero, los medios, el coro e invitados, entre ellos, el presidente municipal Pablo Lemus.
Los presentes vitoreaban con júbilo, representando a tantos fieles que no pudieron cubrir “su manda” este año. Después de tantos años, la celebración se realizó dentro de su casa y no afuera, como es de costumbre. Durante el traslado y el ingreso al centro de Zapopan, el escenario era un poco desolador. Sin embargo, en las narraciones de los cronistas en los distintos medios, se respiraba esperanza.
Oraciones y peticiones hacían los fieles que seguían la transmisión por redes sociales. Esta vez, los gritos se convirtieron en comentarios y los rostros conmovidos de alegría, fe y esperanza en emoticones y reacciones. El elemento principal de la Romería, los danzantes, ofrecieron su sacrificio de no asistir y danzarle a su reina. Algunos de ellos tienen un arraigo que viene como herencia familiar.
La celebración
El cardenal José Francisco Robles Ortega, arzobispo de Guadalajara, presidió la solemne celebración junto con sus obispos auxiliares. Todos los elementos dentro de la misa hacían notar que había fiesta en la Iglesia tapatía, a pesar del Covid-19. Centenares de flores adornaban el altar, que lucía muy pintoresco y vivo; el incienso aromaba el altar.
La homilía fue “una joya”, decía el cronista en la televisión. Honesta y transparente, la reflexión en torno al Evangelio abordó la crisis que atraviesa nuestro mundo y el país. Temas como el de la violencia y la polarización fueron tocados por el purpurado. También habló sobre cómo los intereses políticos y económicos nublan la ayuda hacia los más pobres. Sin embargo, la esperanza se hizo presente en sus palabras, dirigiendo la mirada hacia María y a Dios.
Acabando la celebración, no hubo más, sólo el canto en latín de “la Salve” para venerar a la “Reina del Lago de Chapala”. También los vítores con los tambores y trompetas de su Guardia de Honor. En otras ediciones, los danzantes pintaban el centro de Zapopan, la gente entraba a dar gracias y pedir favores. Este 2020 trajo junto con el SARS-coV-2 el silencio sobre la plaza que duró el resto de este 12 y continuará el 13, Día del Danzante. Será hasta el 14 cuando los fieles puedan visitar a “La Pacificadora”.
Sin duda este año quedará marcado para la historia de nuestra Zona Metropolitana. Esa robusta y larga procesión que siempre se ve en esta fecha brilló por su ausencia. Los fieles fueron obligados a guardarse y unirse vía online o televisiva, porque este año fue la Romería Virtual 2020.