Qué lindo es el Domingo. Ese día en el que te puedes levantar más tarde de lo normal, desayunar una torta ahogada y acompañarla con un agua de horchata. Más tarde, ir a la carnita asada con la familia y reír juntos, mientras cuentan anécdotas. Es el día perfecto para relajarte después de todo el estrés semanal, ese día en el que sacas a tu verdadero yo. Pero ¿qué pasaría si ese día se repitiera una y otra vez, solo que sin poder salir de tu casa?
¡Bienvenidos a mis días de cuarentena!
Al principio, cuando me anunciaron que no habría clases ni trabajo presenciales, fui muy feliz, pues sentí que por fin tendría tiempo para terminar ese libro que llevo un año leyendo. Creí que podría estrenar al fin el videojuego que me compré en el Buen Fin. Todo me parecía una fabulosa idea en lo personal, aunque una medida exagerada a la realidad del mundo.
Lo primero que hice fue ver todas esas series que me habían recomendado. Eso es algo que jamás me imaginé que pudiera pasar, dado que mi ritmo de vida nunca me permite ver la tele. Luego me dediqué a leer dos libros que ya llevaba mucho tiempo arrastrando. Después de tanto tiempo, pude jugar mi nuevo juego. Vivía en un paraíso, un domingo eterno en el que todo era felicidad dentro de mi casa. Pero el mundo por fuera se empezaba a enfermar de poco a poco.
El infierno del Domingo
El problema llegó cuando ya no tenía nada que ver en Netflix. Tampoco tenía ningún libro para leer, pues la librería a la que suelo acudir ya se encontraba cerrada. Y la verdad es que no soy fan de leer en línea. El videojuego duró más tiempo en su caja que en la consola, pues ya lo terminé. La Semana Santa estaba por comenzar, lo cual era sinónimo de que ya no tendría ni clases, ni trabajo.
El sábado 4 de abril comenzó esa cadena interminable de domingos: todos los días eran simplemente iguales. Me sentía atrapado en una pesadilla de esas en las que, por más que lo intentes, no puedes despertar. Mis días eran pasar de la cama a la cocina, y viceversa; un auténtico infierno.
Cuando me intentaba distraer en mi teléfono, todo lo que me llegaba eran noticias aterradoras del virus que cada vez tiene más y más infectados en el mundo. He llegado a leer tantas locuras que ya no sé qué es verdad. Pero en mi cabeza retumba siempre la misma nota “Lo peor está por venir”: OMS.
Llevan diciéndonos que lo peor está por venir desde febrero, han pasado ya más de 80 días desde eso, y sigo sin entender a qué se referían, ni cuándo sucederá dicho escenario. Jamás pensé que desearía tanto poder ir a la escuela y a trabajar. Nunca me imaginé que extrañaría tanto el convivir con personas.
Como en la cárcel
Esta cuarentena me está transformando por completo; pasé de ser una persona súper activa, a una sedentaria. Mi actitud positiva de poco a poco va desapareciendo para dejar ver una actitud indiferente. El mundo está enfermando, y no me refiero al virus, sino a la gente que, como yo, se siente atrapado.
Ahora entiendo lo que debe de sentir alguien que está encarcelado, esa libertad de la que gozaban y que les fue arrebatada. La diferencia entre un preso y yo es que él hizo algo para estar en esa condición.
Un jueves 12 de marzo me fui a dormir como cualquier otro día, sin saber que ese sería el último día que haría mis actividades de manera normal. Me fui a dormir sin pensar que sería la última vez que vería a mucha gente por mucho tiempo. Al día siguiente todo iba a cambiar tras el anuncio de las autoridades. Ese viernes 13, haciéndole honor al dicho de la mala suerte, todo nuestro país comenzaría a detenerse de poco a poco. Yo solo espero que algún día mi México vuelva a sonreír y no tenga que sufrir. Yo solo quiero regresar a vivir a un mundo en el que los besos y los abrazos no son armas letales.
9 commentsOn El Eterno Domingo
Excelente artículo!!! por cierto me quedé con ganas de conocerte. Saludos!
Buen artículo. Esperemos todo esto acabe pronto para regresar a nuestras actividades con normalidad!! Se extrañan los días de parchis con amigos
Comparto totalmente.
Me estoy quedando ciego de tanto jugar
El covid es falso, es una conspiración para quitar nuestros derechos de libertad.
Claro, con este encierro nos podemos dar cuenta de lo que teníamos y hemos perdido, sin embargo también ha traído cosas que antes no teníamos y ahora compartimos. Es cuestión de enfoques y de tratar de llevar este encierro lo mejor posible para nuestro propio bien y el de los demás Saludos!!
Excelente columna, describe muy bien la situación por la que todos estamos pasando #QuedateEnCasa
Estoy totalmente de acuerdo con el artículo, estamos viviendo una situación muy difícil que nos está afectado a todos por igual, espero muy pronto esto acabe.
Yo ya no aguanto a mi esposa
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