Cualquier libro que se atreva a abordar el cuerpo humano causa regocijo y merece celebrarlo con “manteles largos”. Así sucede con En busca del cuerpo personal, que, además, nos incita a profundas reflexiones sobre el modo en que percibimos nuestro propio cuerpo y el cuerpo del ser amado. Aquí encontramos el principal motivante que me llevó a tomar con seriedad esta gran obra de Andrea Diego y de su maestro Alberto I. Vargas. A través de estas líneas quisiera ponerla en manos del lector para que sea meditada por todo padre y madre de familia que deseen “seguir el diálogo” de este tema tan profundo y abarcador.
En busca del cuerpo personal es un libro que consta de 195 páginas y cuatro capítulos. Su acertado listado bibliográfico recoge en 10 páginas las principales obras de grandes pensadores de la sexualidad humana. Algunos de ellos son Karol Wojtyla-San Juan Pablo II, Tony Anatrella y Fabrice Hadhadj. También vemos autores de forzosa consulta en el ámbito de la antropología filosófica. Tal es el caso de Leonardo Polo y sus discípulos Juan Fernando Sellés y Blanca Castilla de Cortázar. No se echan en falta, por supuesto, grandes protagonistas de la filosofía occidental (clásicos y modernos). Tales son los casos de Aristóteles, Kant, Kierkegaard, Freud, Nietzsche, entre otros.
Los autores aciertan al desplegar progresivamente el modo en que la filosofía ha entendido históricamente el cuerpo humano. Los autores comienzan haciendo un retador análisis de la confusión actual. En ella prevalece la supremacía del individuo, idea que con el tiempo ha detonado una visión parcelada del cuerpo humano. Tal fragmentación se ha dado tanto del varón como de la mujer. Y esta ahora es promovida como “moneda de cambio” en una forzada economía global de libre mercado.
Posteriormente se emprende un viaje rumbo a la comprensión clásica del cuerpo, desde donde es posible recuperar el concepto de “naturaleza”. Con él, se vislumbra la necesidad imperante de poner el cuerpo en el centro de futuras discusiones que expliquen con rotundidad la esencia de la persona humana, su sexualidad y la posibilidad de la procreación. Finalmente, en el último capítulo se aborda la gran novedad cristiana que aporta, de modo flagrante, la distinción entre naturaleza y persona. Esta permite una mayor comprensión del cuerpo humano como “apertura al otro”, como “don de uno mismo”. Como diría Mikel Santamaría, de la entrega del ser sin reservas: del varón hacia la mujer y la mujer hacia el varón.
En busca del cuerpo personal pone sobre la mesa un tema por demás inexplorado en los estudios científicos del matrimonio y la familia: el vientre materno como nuestro primer hogar. En efecto, los seres humanos –diría Leonardo Polo– nos definimos estrictamente como “hijos” de nuestros padres, pues ellos, en cuanto varón y mujer, unieron sus vidas y sus cuerpos en una caro, dando paso a ese evento, único e irrepetible, novedoso, que trae consigo el nacimiento de una nueva vida, de un nuevo cuerpo.
Sin embargo, como bien apuntan los autores, “cuando se trata del cuerpo: a más unidad, más vida; a más regularidad, más vida; a más inmanencia, más vida; más vida y vivir es más que no tener vida, es un grado de perfección”. Es decir, el despliegue de la vida de los padres ha de generar en la vida de los hijos un entorno “doméstico”. En él, todos, como familia, deben gozar de una estabilidad material y espiritual que nos “sostenga” en la existencia, en su dimensión económica, educativa y de intimidad, como afirma Rafael Alvira en su último libro Oikía y Polis. Porque eso es un hogar: un espacio íntimo análogo al vientre materno, en donde todos hemos tenido nuestro crecimiento más radical, más originario y más identitario.
Los autores
Ella, licenciada en Pedagogía y maestra en Historia del Pensamiento por la Universidad Panamericana (México). Actualmente estudia el doctorado en Filosofía en la Universidad de Navarra. También es investigadora en el Centro de Estudios de Familia, Bioética y Sociedad (CEFABIOS) de la Universidad Pontifica de México. Es además profesora de Antropología Filosófica en la Universidad Panamericana, en la Universidad Anáhuac y en el Instituto Juan Pablo II.
Él, amigo y colega desde la infancia. Actualmenete es el director del Inner Institute. Es doctor en Filosofía por la Universidad de Navarra. Ha escrito los libros Genealogía del miedo: un estudio antropológico de la modernidad desde Leonardo Polo (2017) y Ser y don: una teoría antropológica del juego desde Leonardo Polo (2020). Ambos son frutos de su brillante tesis doctoral. Ha sido profesor invitado en Strathmore University (Kenya), Universidad Santo Toribio de Mogrovejo (Perú), Universidad de los Hemisferios (Ecuador), Universidad de la Sabana (Colombia) y Universidad de Piura (Perú). Es miembro del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) (Nivel I).
Diego, A. & Vargas A. I. (2022), En busca del cuerpo personal. Más allá de la naturaleza y la subjetividad, NUN, México.
Rafael Hurtado, PhD.
Instituto de Humanidades
Universidad Panamericana
Campus Guadalajara