Ayotzinapa: La herida que no cierra

Por: Paulina Moreno y Pedro Matute

A una década de la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, el caso sigue sin resolverse. A pocos días de que el presidente López Obrador concluya su mandato, las familias siguen exigiendo justicia. La promesa de cerrar uno de los capítulos más oscuros de México sigue incumplida, generando frustración y cuestionamientos hacia el gobierno.

La noche del 26 de septiembre de 2014, 43 estudiantes de Ayotzinapa fueron interceptados por la policía de Iguala, Guerrero. Los jóvenes planeaban tomar autobuses para una movilización en Ciudad de México cuando fueron detenidos. Las primeras investigaciones indicaron que los jóvenes fueron entregados al grupo Guerreros Unidos, quienes supuestamente los asesinaron y quemaron. Esta versión ha sido cuestionada por diversos grupos y expertos desde entonces.

Investigaciones bajo disputa

En 2015, el entonces procurador general Jesús Murillo Karam presentó la “verdad histórica”. En esta explicación intentó dar una versión definitiva a los hechos. Sin embargo, tanto el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) señalaron graves inconsistencias en la versión oficial.

Estas críticas llevaron a la reactivación del caso y a la búsqueda de nuevas pruebas. Hasta la fecha, solo se han identificado los restos de tres estudiantes. Son los que corresponden a Alexander Mora Venancio, Christian Alfonso Rodríguez y Jhosivani Guerrero de la Cruz. El paradero de los demás sigue siendo desconocido.

Avances recientes

El gobierno de López Obrador reabrió el caso Ayotzinapa con la promesa de una investigación más exhaustiva y honesta. Ocho militares fueron encarcelados por su presunta implicación con el grupo criminal Guerreros Unidos, pero recientemente fueron liberados, lo que ha generado controversia y malestar en sectores de la sociedad que exigen justicia.

Tomás Zerón, exdirector de la Agencia de Investigación Criminal, desempeña un papel crucial en el caso Ayotzinapa. En 2019, huyó a Israel para evadir su arresto por acusaciones de tortura y desaparición forzada. Por su parte, sostiene que las denuncias en su contra son parte de una persecución política.

Violación sistemática a los derechos humanos

El caso de los 43 estudiantes es emblemático de la violación sistemática de derechos humanos en México, según han señalado organismos como la CIDH y el GIEI. Las investigaciones iniciales presentaron irregularidades, incluidos actos de tortura, lo que comprometió la posibilidad de obtener justicia.

La participación de fuerzas del Estado, como la policía y el Ejército, en la desaparición forzada de los estudiantes es un hecho que incumple tratados internacionales, como la Convención Internacional para la Protección de Todas las Personas contra las Desapariciones Forzadas. Naciones Unidas ha insistido en la necesidad de una investigación imparcial y completa, que permita esclarecer los hechos sin interferencias.

El caso Ayotzinapa también es un reflejo de las violaciones a los derechos humanos que han sufrido las familias de los estudiantes. Estas familias han enfrentado la negación de su derecho a la verdad, la justicia, la dignidad y la participación en las investigaciones. Las irregularidades y la falta de voluntad política son evidentes en el caso. Este continúa siendo un símbolo de la lucha por los derechos humanos en México y un recordatorio de las promesas incumplidas por el Estado mexicano.

Promesas incumplidas y obstáculos persistentes

El gobierno de López Obrador se comprometió a brindar justicia a las familias de los 43 estudiantes desaparecidos, pero los avances han sido limitados. Aunque se han realizado algunas detenciones, el caso sigue sin cerrarse, lo que viola los derechos de los familiares a obtener verdad y justicia.

El GIEI ha denunciado la falta de cooperación del Ejército mexicano, lo que ha obstaculizado la investigación. En su informe de 2022, criticó la resistencia del Ejército a entregar documentos clave, lo que genera dudas sobre la transparencia del gobierno.

El legado de Ayotzinapa

El caso Ayotzinapa ha trascendido como un símbolo de la lucha por los derechos humanos en México. Año tras año, miles de personas marchan en diferentes ciudades del país para recordar a los 43 estudiantes desaparecidos y exigir justicia. La falta de una resolución definitiva sigue siendo una deuda pendiente para el Estado mexicano. Diez años después de los hechos, Ayotzinapa sigue siendo una herida que no cierra.