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Las luces de las linternas frontales deambulan por los árboles, la tierra y las mochilas. Solo queda ceniza de la fogata de la noche pasada. En la oscuridad de la noche unas siluetas se mueven entre las tiendas y acuden en el centro del terreno de camping. Los poles de trekking rascan al piso. Son las 4:30 de la mañana del domingo, 23 de febrero, en el Nevado de Colima. El pasado fin de semana OUTDOORS UP, el grupo de montañismo de la Universidad Panamericana, llevó a cabo su último entrenamiento para la montaña más alta de México, el Pico de Orizaba. El Nevado de Colima es una montaña óptima para eso: con una altura de 4248 metros sobre el nivel del mar y a una hora de Guadalajara, es muy accesible para el grupo de alrededor de treinta personas con el mismo deseo: subir los 5610 metros del Pico de Orizaba justo en una semana, del próximo viernes 6 hasta el domingo 8 de marzo.
Ya el sábado desafió a los alpinistas de OUTDOORS puesto que el grupo empezó desde el pie de la montaña. “Recuerden: Es entrenamiento, échenle”, explica Andrea Munguia (23), la presidenta de OUTDOORS, en el círculo. “Y disfruten”. La calle al inicio parece interna y sin árboles, el sol pega mientras el pulso se acelera rápidamente. Cuando al fin empieza el bosque y el camino se vuelve más empinado, los más fuertes se alejan y el grupo se extiende. Unos van a llegar en tres horas al terreno de camping “La Joya”, los últimos en cinco. Allá, tiendas de todos colores se desparraman y los primeros colocan su olla con pasta en la fogata.
Andrea ya ha perdido la cuenta cuántas veces ha subido el Nevado de Colima. “¿30 veces tal vez?” El staff de OUTDOORS es un grupo de jóvenes, como también lo son la mayoría del grupo, pero destacan por la experiencia y, de acuerdo con Andrea, también por la vocación de ayudar a los otros. El entrenamiento del Nevado de Colima con todo el grupo siempre es la última ocasión, cuando ya se sabe quién irá a la montaña. El semestre pasado fueron al Iztaccíhuatl, que, con 5286 msnm, es la tercera montaña más alta de México; esta vez irán a la más alta: el Pico de Orizaba. Sin embargo, el fin del Nevado, el grupo sube en dos días; para el Pico solo tienen un día, lo que resulta en una caminata de aproximadamente 14 horas. Alan, un participante de OUTDOORS, lo explica a través de una escala: “Si el Nevado es un cinco, el Iztaccíhuatl es un nueve y el Pico un diez”.
Hace frío, pero la piel suda
A las cinco de la mañana del domingo, el grupo arranca con el fin de hacer cumbre. Debido a la altura y el nivel bajo de oxígeno, las pocas horas de sueño no fueron profundas. En la primera hora y media, la serpiente de excursionistas culebrea en la oscuridad por el bosque de pinos y encinos. La respiración no alcanza como uno quiere, los pulmones se llenan con aire frío, pero la piel suda. Pese a las frías temperaturas, la fila se para a veces para quitar capas. La oscuridad y los árboles a ambos lados dan la sensación como si uno no estuviera avanzando.
“Antes hubo más árboles”, recuerda Martín (59), un amigo de OUTDOORS que subió el Nevado por primera vez en 1974. La Unidad Estatal de Protección Civil y Bomberos de Jalisco (UEPCBJ) acaba de tener un año crítico con una multitud de incendios en el Nevado en 2019. Para José Manuel Martínez Murillo, Primer Comandante de la UEPCBJ, los incendios van a mano con el cambio climático. No obstante, menciona que afortunadamente el Parque Nacional Nevado de Colima es una área protegida sin tanta población y visitantes, por lo que no se notó mucha diferencia debido al calentamiento global en los últimos diez años. Sigue el clima normal de la montaña con vientos hasta 70km/h y temperaturas extremas de calor y frío. El Nevado de Colima fue decretado como Parque Nacional el 5 de septiembre de 1936 por el presidente Lázaro Cárdenas.
El grupo de OUTDOORS salió del bosque y llega al inicio del campo de hielo. Los que tienen guantes gruesos ahora tienen que quitárselos para ponerse los crampones. Justo en el campo de hielo amanece y la nieve empieza a brillar. Las nubes se mueven arriba de la cumbre y la luz del sol pinta las rocas con un naranja y amarillo profundo. A pesar de la belleza de la naturaleza, cada paso requiere concentración en el campo empinado de nieve. Un desliz de un compañero, que resbala con una velocidad vertiginosa en el terreno empinado, muestra cómo la montaña, más que admiración a su belleza, exige respeto a su dificultad.
Afortunadamente puede agarrar el último manojo de hierba antes de un segmento lleno de nieve. Después de dos horas y una vía ferrata en las rocas, el grupo finalmente llega a la cumbre. Las nubes niegan la vista al Volcán de Fuego. El grupo toma la foto de evidencia y, a continuación, inicia el regreso. Llegando a la Joya, el mismo día, todo el equipo es cargado en dos camionetas y el grupo continúa a caminar hasta el pueblo al pie de la montaña. Como es un entrenamiento, muchos empiezan a trotar por el bosque, y así las cuatro horas de promedio de subida se reducen a dos.
En los entrenamientos de OUTDOORS, Andrea siente una conexión total con la montaña, la naturaleza y los amigos. “En primer lugar te desconectas del celular”. Menciona que en la montaña hay un clima difícil, uno tiene que apoyar al otro y confiar mucho. “Terminamos siendo familia”. A ver cómo le va a esta familia especial en el Pico de Orizaba en una semana.