Valeria Ruffo López

Creo que mi gusto por el Periodismo inició en el momento en que, al escribir, mis ideas se tornaban de mayor claridad. Leer fue la consecuencia, ya que, sin muchas ideas, no se tiene tanto de qué escribir. Creo que también porque mi abuelito amaba los libros, tanto que dormía con una pila de ellos a su costado.

Leer siempre me despertó mas preguntas: qué es este lugar, aquel verbo o tal objeto. Con el tiempo entendí que era más que un medio para obtener conocimiento. Al leer estamos teniendo una conversación, como la que se tiene ahora conmigo. A través de palabras que hace tiempo puse por escrito, se puede conectar con las mismas ideas que con las de un texto escrito ya hace medio siglo. Esto es lo verdaderamente asombroso: compartir sentimientos, relatos, hechos y verdades a través de un montón de caracteres que sólo cobran sentido si alguien los lee. Esa es la magia de las palabras.

El valor de la empatía

Creo con vehemencia que la empatía transforma y, aunque no sea la única solución, también creo que leyendo podemos darnos cuenta de otras realidades. Aunque no podemos vivir mas que nuestra vida, estoy segura de que se puede leer más de una y aprender de ello.

Ojalá al leerme te despierte alguna curiosidad, ya que soy partidaria del fomento a la lectura en todas las edades. No solo la informativa o educativa, sino de cualquiera que pueda alimentar tu espíritu. Mi principal misión en este periódico será que recuerdes que al leer mantienes una conversación con alguien vivo. Esa persona, como tú, respira, sufre y piensa. También tiene miedos, sueños, amores y dudas. Para eso estamos aquí: para redactar un poco de todo aquello que compete a eso que llamamos vida.

Me llamo Valeria, soy sudcaliforniana y tomo demasiado café. Escuchar Moderatto es mi gusto culposo, suelo dibujar cuando viajo porque preservo mejor lo que vivo en la memoria, amo caminar en silencio. Y me encanta y no paro de leer, leer, leer.