Sabor y poder latino

Shakira y Jennifer López, mejor conocida como JLO, fueron las encargadas del medio tiempo del Super Bowl LIV en el Estadio Sun Life en Miami, una de las ciudades de Estados Unidos en la que reside el mayor número de latinos. Tal vez por esa razón las cantantes elegidas fueron latinas. El show no decepcionó, ya que cada una de las cantantes se esforzaron al máximo por ofrecer lo mejor de su repertorio a una audiencia millonaria. Así, el espectáculo fue una muestra de auténtico sabor y poder latino.

La cantante colombiana inició el show, con una vestimenta que recordaba a su personaje Gazelle, en la película de Zootopia. Estuvieron presentes la bachata, las trompetas, su habilidad por tocar la guitarra eléctrica y la batería. Por supuesto, no faltó el  Hips don´t lie, un baile que cautivó al mundo entero. A pesar de los rumores sobre las canciones que iba a interpretar, la colombiana fue fiel a su Waka Waka. Para quienes no solo sepan, este fue el himno del mundial de Sudáfrica en el 2010.

Jennifer López

Por su parte, Jennifer López vistió la marca italiana Versace. Su estilo fue muy diferente a la colombiana, por la música y el público al que se dirige. La puertorriqueña impresionó al mundo con la excelente forma física que luce a sus 50 años. Ese fue el motivo por el que su espectáculo impactó a gran parte del público femenino.

JLO comenzó su participación en el medio tiempo con una de sus más legendarias canciones, Jenny From The Block. Cantó  acompañada por su hija Emme, fruto de su matrimonio con el cantante y productor Marc Anthony. La niña cantó ante más de 75,000 espectadores presenciales y más de 100 millones de telespectadores, según El Informador-. Con tan solo 11 años, la excelente voz de Emme parece augurarle un gran porvenir.

JLO manda mensaje político

La cantante de origen puertorriqueño mandó un mensaje muy claro acerca de la inclusión de los latinos en el país. Lo hizo envolviéndose con una bandera de Puerto Rico, que por el otro lado era la de Estados Unidos. Esta parecía una consigna directamente enviada a la Casa Blanca, y un símbolo indudable de la fuerza y el poder latino.

El factor sorpresa de la noche vino de los cantantes latinos Bad Bunny y J Balvin. Originarios de Puerto Rico y Colombia, respectivamente, ellos fueron los encargados de acompañar a Shakira y JLO en el concierto. También de intensificar el ritmo latino en el estadio. Se considera que Bad Bunny se encuentra en lo más alto de la música de reggaetón actualmente. Por ello, su presencia causó mucha sensación en sus espectadores.

Este fue un show muy diferente al del año pasado, cuyos protagonistas fueron Maroon 5 y Travis Scott. En esta edición se vio el poder latino, se sintieron el ritmo y los distintos estilos de música, pero también la presencia de dos mujeres latinas que tienen una gran influencia en la industria de la música, aunque con estilos muy diferentes. Mientras que JLO puso sobre el escenario la sofisticación, Shakira destacó por su estilo más relajado, demostrando que vive al margen de la industria americana, lo que se pudo apreciar en su forma de vestir y de peinarse.

Eso sí, ambas coincidieron en algo. Más allá de las diferencias en su imagen, tanto Shakira como Jennifer López supieron llevar el poder latino a lo más alto, demostrando con orgullo sus orígenes y su capacidad para animar el show norteamericano más importante del año con puro sabor latino.