La pandemia del Covid-19 ha afectado las finanzas de millones de personas en México y en el mundo. Aunque, gracias a la vacunación generalizada, los contagios han disminuido considerablemente, desde el punto de vista financiero aún estamos atravesando uno de los episodios más oscuros de nuestra historia moderna. Para ser más previsores y aprender de los errores financieros cometidos antes de la pandemia, en El Despertador Panamericano nos entrevistamos con la asesora financiera Rocío Gutiérrez Espinosa.
Rocío Gutiérrez Espinosa: Lo primero que se debe hacer es evitar gastos innecesarios. Esto se refiere a tener un ingreso y un egreso adecuado. Nunca sobrepasar los gastos, de los ingresos obtenidos por persona o familia. Otra cosa que es sumamente recomendable es generar un ahorro para prever gastos no contemplados. Es decir, que, como en el ajedrez, hay que estar listos para cualquier movimiento o situación futura. El ahorro es el arma más efectiva que hay en contra de la escasez.
R. G. E.: Cuando no se tiene un ahorro revolvente, o un ahorro a mediano y largo plazo, en el momento en el que ocurre alguna situación fuera de lo común, lo primero que hacemos es recurrir al banco. Las personas con deudas de salud están desesperadas por una solución. Al no tener un método de ahorro, estas se ven obligadas a buscar un préstamo. A su vez, esto genera un bucle de deudas, el cual afecta directamente a las finanzas que teníamos antes de este evento. En resumen, la pandemia fue tan demoledora en este aspecto debido a la falta de cultura del ahorro que existe.
R. G. E.: El mejor consejo es que debemos tener claros nuestros ingresos y egresos. En el momento en el que tenemos un ingreso de dinero constante, podemos calcular los gastos a partir de los ingresos. La clave es que, en ninguna circunstancia, gastemos más de lo que generamos. Como siempre digo, “ahorra ahora y obtén tranquilidad en tus finanzas.”
R. G. E.: En la pandemia las personas empezaron a endeudarse, por lo cual buscaron formas de financiamiento. Los bancos aprobaron muchos créditos y préstamos; así la gente podía pagar sus deudas. Sin embargo, la mayoría de las personas que pidieron un financiamiento al banco no pudieron pagar el préstamo que se les dio. Por lo tanto, los bancos dejaron de aprobar créditos y préstamos, ya que su inversión, en la mayoría de los casos, jamás fue pagada. En resumen, los bancos se dieron cuenta de que ya no era negocio generar créditos a sus clientes.