La brisa helada de noviembre soplaba suavemente mientras los competidores de la carrera de cinco kilómetros se encontraban en la salida esperando emocionados el sonido de la corneta para comenzar con su carrera. La emoción atravesaba nuestros cuerpos como una corriente eléctrica que preparaba a nuestras piernas para la lucha por venir.
Después de dos años sin tener carrera en la Universidad Panamericana, se notaba un ambiente lleno de energía y emoción entre los más de 280 competidores. Contábamos con la presencia de alumnos de todas las carreras, alumni, maestros, personal de la universidad e inclusive algunos compañeros caninos. Todos se mostraban con una actitud competitiva pero amistosa.
Enfocada en mis siguientes pasos, el sonido que indicaba el inicio de la carrera llegó a mis oídos y sin más, comenzó la carrera. Los primeros 200 metros todo el mundo se mantuvo trotando al mismo ritmo. Sin embargo, conforme el tiempo avanzaba la marea de camisetas azules comenzaba a bifurcarse, dejando a varios atrás y disturbando el ritmo de la gran multitud.
Para no contar con la condición ni la práctica necesaria, correr la primera vuelta no fue complicado para mí. Justo cuando me encontraba regresando de la primera vuelta, los 193 participantes de la carrera de 10 kilómetros comenzaron con su carrera. Las complicaciones llegaron cuando me enteré que debíamos de dar una vuelta más al circuito para terminar de correr los cinco kilómetros, ahí fue cuando la verdadera carrera comenzó.
Sudor, calor y agotamiento se apoderaron de mi cuerpo, el reto no era físico, era mental. Conforme el tiempo pasaba, las piernas se me entumían a cada paso y una sed inmensa azotaba mi garganta pero gracias a los alumnos que estaban repartiendo agua en bolsita y dando palabras de aliento cada media vuelta, pude recuperar mi condición y mi motivación.
Cada vez me faltaban menos kilómetros, mi mentalidad poco a poco se transformaba y mi optimismo se elevaba, tan solo un último esfuerzo era necesario para terminar mi recorrido, un último aliento. Todo marchaba bien hasta que fui rebasada por un Corgi, un diminuto animal que claramente corría más rápido que yo. Pese a eso, logré terminar la carrera, llegando a la meta con un tiempo récord de 48 minutos. Aproximadamente a las 8:00, mi objetivo se encontraba realizado, la gente comenzaba a llegar después de mí y poco a poco recuperaba mi aliento.
Una vez que los participantes de la carrera de 10 kilómetros llegaron, se anunciaron los ganadores de las ocho categorías. Mientras esperábamos, todos disfrutaban de las bebidas y la comida que se nos habían dado y comparábamos nuestros tiempos. Sin duda alguna, esta carrera es una experiencia que deseo repetir en próximos años con mis amistades.
5K Libre Femenil
1.Paulina Vargas Hernández. Tiempo: 00:19:43
2.Jessica Vázquez Vázquez. Tiempo: 00:24:22
3.Valeria Aguirre Agnesi. Tiempo: 00:26:32
5K Master Femenil
1.María Guadalupe Amezquita Tiempo: 00:25:03
2.Lucila Abrego Tiempo: 00:29:00
3.Ana Gabriela Garcia Rosas Tiempo: 00:32:15
10K Libre Femenil
5K Libre Varonil
1.Javier Gustavo Garcia Rosas Tiempo: 00:20:00
5K Máster Varonil
5K Veteranos Varonil
10K Libre Varonil
10K Máster Varonil