Uncut Gems, o Diamantes en Bruto, es LA película del 2019. Una auténtica joya que por fin llegó a México, luego de más de un mes de su estreno en los Estados Unidos, gracias a Netflix. Ambientado en 2012, este es un filme de la productora A24. Por si no les suena, es la misma que ha marcado la década, con filmes como Moonlight o Lady Bird. Con ella, los hermanos Josh y Benny Safdie (Good Time) se han superado y ya están en otro nivel. Podemos decir que son los directores de una obra maestra. La película gira alrededor de Howard Ratner, interpretado por Adam Sandler, un vendedor de joyas judío. Su vida es estresante porque en ella siempre está fluyendo el dinero y busca la forma de ganar más.
Cuando a Ratner le llega desde Etiopía un ansiado ópalo, parece que su fortuna va a cambiar. Pero al mostrarle la pieza al entonces jugador de la NBA Kevin Garnett, su deseo de obtenerla y la pésima capacidad de toma de decisiones mete a Howie en una serie de acontecimientos que llegarán a causar desesperación, ansiedad, asfixia y claustrofobia al espectador.
Con sus dos últimas películas, Good Time y Uncut Gemas, los hermanos Safdie nos han demostrado que son el futuro del cine. Gracias a esos dos títulos se están posicionando como los nuevos reyes de Hollywood. Algo destacable de los dos es la forma en que te hacen pensar que cualquiera pueda actuar, ya que gran parte del elenco está compuesto por personas que jamás en sus vidas habían sido parte de alguna producción.
También han podido cambiar la perspectiva general que se tenía sobre los protagonistas de sus filmes. Primero con Robert Pattinson, que ya llevaba tiempo haciendo grandes trabajos, pero que en Viviendo al Límite terminó de una vez con el chiste del vampiro que brilla y escaló a ser uno de los mejores actores de Hollywood.
Y en esa ocasión, con Sandler sucede algo parecido. No sólo deja claro que es un buen actor, sino que se convierte en una excelente, si no es que la mejor actuación del año. Howie muestra tantas facetas y tiene una ideología tan impresionante que se puede hablar de él por horas. Y por qué no agregarle otra cosa: nadie más que Adam Sandler podría hacer este papel. Brillante interpretación que se enmarca en la historia.
Los personajes secundarios hacen un papel importantísimo, con todos dando lo mejor de sí mismos. Empezando con Kevin Garnett, que se aventó de lleno en su debut actoral, teniendo el mismo rol que con los Celtics campeones del 2008. No es el MVP de las finales, pero sin él en el cuadro titular no se conseguiría la meta. Julia Fox debuta y se lleva gran parte de los aplausos, siendo esta una declaración de que llegó para quedarse. LaKeith Stanfield, conocido mayormente por su participación en ¡Huye!, tiene un personaje que se muestra muy calmado, pero es duro de roer y un enemigo que no quisieras tener.
Nueva York es un personaje más de esta película y nos reta a aguantar la interminable batalla de Howie. El ritmo del largometraje es único, como ya se mencionó. La desesperación y la ansiedad acechan en todo momento y, conforme va transcurriendo el tiempo, todo se acumula, explota y hace al espectador buscar una forma de salir de la situación.
Si se tiene la oportunidad, no se debe dejar pasar un día más sin ver esta asombrosa cinta. En una mezcla entre basketball, cultura judía y apuestas, las 2 horas y 20 minutos no nos dan un momento de respirar. Nos dejan, eso sí una joya que debe ser conservada y difundida por siempre. Pero la conclusión principal probablemente sería esta: que los Safdie ya no son Diamantes en Bruto.