“Los medios nacionales, antes que contar la verdad, mitifican al criminal”- Elba Díaz Cerveró

Elba Díaz es doctora en periodismo, apasionada en su profesión y la escritura; recientemente publicó un artículo La Cobertura periodística de la delincuencia organizada en México: informes sobre hechos, protocolos de seguridad y sub temas recurrentes, en la revista International Journal of Communication. Esta revista pertenece a la escuela Annenberg, situada en la Universidad de Southern California, en Los Ángeles. Se trata de la cuarta mejor revista del mundo en Comunicación.

Nuestra profesora es autora del libro Al otro lado del túnel: la cobertura de la fuga, la recaptura y la extradicción del Chapo Guzmán. Española que reside de forma permanente en México, desde que llegó a nuestro país se ha interesado por la cobertura periodística del crimen organizado. El motivo por el que la investigadora se decidió por estos temas es porque el nuestro es el país sin guerra más peligroso del mundo para ejercer el periodismo. Este mismo miércoles 9 de septiembre fue asesinado cruelmente el periodista Julio Valdivia en Veracruz, estado que constituye el área geográfica más peligrosa de toda América Latina para los periodistas.

Díaz Cerveró cree firmemente que quienes se dedican a este tipo de coberturas son personas ejemplares. Con ellos se ha entrevistado para investigar a fondo los temas que tratan sus escritos. La investigadora cree que la violencia que vive actualmente el periodista en nuestro país es dura. Asegura que este oficio ni ningún otro vale la pena que pierda la vida una persona o sus familiares. Además afirma que falta que los medios nacionales dejen de mitificar  tanto a los criminales.

Fernanda Velázquez: Estuve leyendo tu artículo… ¿me podrías platicar mejor dónde la publicaste y por qué el interés hacia el tema?

E.D.C: La revista de publicación se llama International Journal of Communication. Esta pertenece a la escuela de Annenberg, que es una escuela periodística muy célebre y se encuentra en la Universidad de Southern California, en Los Ángeles; es una universidad muy célebre de mucha tradición, publica a la cuarta mejor revista del mundo de la Comunicación. Publicar en ella requiere asuntos que sean de mucha calidad. El hecho de haberme desplazado a investigar y entrevistar a 22 personas en México es un tema que les ha interesado.

Para un poco más de contexto, debo decir que esto no es lo primero que investigo sobre este asunto. Antes de las entrevistas con periodistas, un colega español que trabaja y vive en Bogotá (Profesor de la Universidad del Rosario, una de las más prestigiosas de Latinoamérica)  y yo decidimos empezar a investigar juntos. Primero sobre la fuga, en 2015, cuando conocí a Daniel. Después vino la recaptura en 2016; más tarde llegó la extradición, en 2017. Estos tres hechos los investigamos en la prensa mexicana internacional y con eso publicamos artículos y un libro que se llama El otro lado del túnel.

El interés por este tema surge porque México es el país sin guerra más peligroso para ejercer el periodismo”. Sobre todo lo más importante que ocurre en México es la impunidad, que esos crímenes casi en un 100%  y no se están investigando profundamente para resolverlos.

F.V: ¿Cómo fue el armar un artículo de este valor? ¿Fue tardado?

E.D.C: La investigación en si misma comenzó en febrero de 2018 y terminó en noviembre; 9 meses de viajes y entrevistas, aproximadamente 2 viajes al mes. Después de eso, tuve que ensamblarlo todo, procesar todos los datos de las entrevistas, que duraron entre 1 y 4 horas. Esto lo pude conseguir gracias al apoyo de mi becario por ese entonces, André Alba, quien también ha sido colaborador de El Despertador Panamericano.

La transcripción de las entrevistas, que en papel ocuparon alrededor de 5000 páginas, duró desde noviembre hasta enero, y desde enero nos pusimos a interpretar los datos y a redactarlos. Así, enviamos el artículo a la revista el 5 de abril de 2019, tardamos casi tres meses en escribirlo y lo publicaron, después de unas correcciones, en abril de 2020.

F.V: ¿En tu país se escucha algo sobre violencia a periodistas? ¿Y comparado con México?

E.D.C: En España no tenemos crimen organizado como tal; si entra droga por la costa del Mediterráneo o por la costa de Galicia; también por el sur procede de Africa pero no supone grandes cotas de violencia contra periodistas; pero si lo hemos vivido con el terrorismo de ETA, la banda terrorista basca.

ETA atentó tanto contra periodistas se les decía que ETA los había matado porque sabían demasiado; lo que sucede es lo de siempre, el investigar algo que va en contra de los intereses de la banda terrorista. En México en contra de los grupos del crimen organizado lo más fácil que parece es quitar a ese periodista de en medio.

F.V: En el artículo mencionan que los periodistas a veces entregan información propensa a la censura a otros medios, la difunden en redes sociales o blogs o citan fuentes públicas para minimizar su responsabilidad ¿Me puedes explicar algo de esto?

E.D.C: Muchos lugares los periodistas se autocensuran porque saben si cuentan toda la verdad esto no va a gustar; aquí hay otras estrategias por ejemplo no citar las notas con tu propio nombre, firmarlos con el de la redacción o publicar cosas conjuntamente con medios. Esto para tener un mayor apoyo sobre el que puedes respaldarte si algo te llegará a pasar.

Los periodistas acuden a las redes sociales, primero los criminales tratan de desacreditarlos en ellas; les acusan de vendidos, cómo no es cierto ellos desmienten en redes. Tienen respaldo de la opinión pública y no pierden su credibilidad.

Dicen los periodistas que esa es la primer muerte que te dan los criminales, la de tu credibilidad, en las redes sociales.

F.V: ¿Qué tan necesaria crees que es la autocensura en México?

E.D.C: Yo no estoy a favor de ningún tipo de autocensura. Creo que siempre vas a correr muchos peligros; deberá valorar como se van a hacer las cosas. Muchas veces los editores quitan a una persona que se está exponiendo demasiado en un lugar muy concreto dónde está siendo visto por los ojos de los criminales. Después lo sustituyen por otro criminal, otro periodista o se paraliza la cobertura.

Muchas veces los periodistas son muy intrépidos hasta el punto de estar en amenaza su vida. Periodistas se han expuesto, son los seguidores los que tienen que hacer un seguimiento para ver si se están extralimitando; si es así van a cambiar a la persona que cubre los hechos o si es demasiado el riesgo se suspende la cobertura, se anonimiza el periodista y se firma como redacción.

Entonces por lo que me han dicho los periodistas no apuestan para nada por la autocensura. Yo misma tampoco porque, antes de autocensurarte, es mejor que te dediques a otra cosa.

F.V: En el artículo mencionan que hay un tercer tipo de periodista que ofrece cobertura periodística y publicación de libros sobre crimen organizado. ¿Crees que es la manera más cuidadosa de publicar información? 

E.D.C: Son dos cosas distintas. Yo he publicado un libro académico, pero no me dedico al periodismo en el ámbito profesional. Me intereso por el tema y lo enseño, pero no cubro asuntos de crimen organizado. Periodistas que están en activo sí lo hacen. Un ejemplo de ello es Noé Zavaletaquien  escribió el libro El Infierno de Duarte.

Los periodistas es una fuente de ingreso muy interesante, por una parte trabajan en los medio. Por ejemplo, Zavaleta trabaja en los medios, y después publica sus libros. Gracias a ellos podemos conocer más sobre esta realidad. Los suyos son libros muy documentados que se venden muy bien.

Otra autora brillante Anabel Hernández García con su libro Los Señores del Narco. También José Reveles, que es uno de los periodistas vivos más viejos que tiene México; el ha escrito muchos libros sobre el asunto de Ayotzinapa.

Hay que resaltar también que las series como El Chapo, tienen más dosis de realidad que muchos periódicos. Me doy cuenta que los periodistas tienen mucho por hacer ahí aún. Los medios nacionales, antes que contar la verdad, contribuyen a mitificar al criminal; por ejemplo en la portada del Universal se llamaba el Chapo “El Señor de los Túneles”.

F.V: Mencionan que los periodistas no tienen un conocimiento específico de este tipo de cobertura; incluso si estudiaron Comunicación o Periodismo durante su educación universitaria ¿Crees que es necesario que una universidad de por su parte cursos a los estudiantes de protección y cobertura del crimen?

E.D.C: Si, los periodistas entrevistados sólo hay uno que no ha estudiado comunicación, el resto si y periodismo especialmente. Tienen estudios especializados, pero en los planes de estudio no hay materias que los enseñe a enfrentarse a ese tipo de cobertura.

Esto pone de relieve la necesidad de implementar esas capacitaciones. No puede ser que alguien se lance a cubrir algo sólo con el ejemplo de sus compañeros de la redacción; está muy desprovisto de herramientas.

F.V: En tu opinión ¿Crees que valga la pena arriesgar tu vida por amor al arte e ir detrás de justicia aún perdiendo tu vida privada?

E.D.C: Hay que tomar en cuenta el tamaño del lugar; una cosa es el editor de las noticias en el centro de la Ciudad de México y otra es quien trabaja en un pueblo o ciudad pequeña. Ahí tu vida privada está muy de la mano de la profesional. La redacción está cerca de tu casa la gente te conoce entren los que te conocen probablemente están estos criminales.

Cuando me entrevistaba con estas personas me han contado sobre todas las cosas que han vivido que son a veces incluso irreproducibles. Yo misma les he dicho y ¿Vale la pena vivir esto? Yo soy incapaz de vivir así porque un oficio no están importante como para sacrificar tu vida y tu familia.

Ningún oficio vale la pena para que pierda la vida la persona o sus familiares; ni siquiera la integridad física, que  secuestren o dañen por cualquier motivo por hacer bien el trabajo; no creo que valga la pena.

F.V: ¿Qué fue lo que más te llamó la atención después de investigar y crear el artículo?

E.D.C: Me llamó la atención esa capacidad para vivir esa violencia, y a pesar de eso no tirar la toalla y seguir buscando el bien por esa valentía que tu misma decías.

Alguno de los periodistas me ha comentado “Nunca voy a dejar esta profesión a pesar de todo”. Con esto piensas que son unas personas valientes, desinteresadas y no lo hacen por dinero; si ellos no lo van a conocer ¿Quién lo va a conocer? con haber mandado a ese gobernante a la cárcel algo hice bien, dijeron. Y desde luego ellos están contribuyendo al Cuarto poder. Te devuelve la idea de que bonita es la profesión del periodismo cuando oyes que hablan en estos términos y dices ¡Wow! ahora recuerdo porque decidí estudiar esto.