Ha muerto mucho más que una actriz

Los actores de hoy en día nos tienen acostumbrados, cuanto menos, a la frivolidad que impone la farándula. También a situaciones estrambóticas y hasta bochornosas como las que nos ofreció Amber Heard en el juicio contra su ex esposo, Johnny Depp. O la que protagonizó Will Smith cuando abofeteó a Chris Rock. Pocos son los que trascienden generaciones. Los que, sin caer en el escándalo, recordamos incluso aunque su mayor éxito cinematográfico fuera estrenado más de tres décadas antes de que nosotros naciéramos. Ese es el caso de Olivia Newton- John, fallecida el miércoles víctima de un cáncer que sufría desde hace más de tres décadas. Según informan algunos medios, se complicó por un debilitamiento de su sistema inmunológico.

Todos conocemos los mensajes de cariño y tristeza que le profesaron su esposo y amigos. Entre ellos, no podía faltar su compañero y coprotagonista de Grease, John Travolta. Tampoco hace falta recordar la mítica película que catapultó a la fama a la actriz con 29 años. La anécdota es que casi todos, pero sobre todo ella misma, se consideraba en aquel entonces (1978) demasiado mayor. Al menos como para interpretar a la adolescente Sandy. Quien no lo pensaba fue el propio Travolta, quien aseguró que ella era “maravillosa”. Así lo relató Joel Thurm, director de casting de Grease, a la revista People.

Lucha contra el cáncer y activismo social

Tal vez ese detalle de John hacia Olivia comenzó a forjar entre ellos una bonita amistad entre ellos. La misma que perduró durante décadas, y que todos vimos alguna vez cuando se reunían en homenajes a la película. Pero, más allá de las anécdotas, la también cantante debería ser recordada por su impulso a la investigación sobre el cáncer. A ello dedicó, desde que fue diagnosticada, en 1992, las ganancias obtenidas por las ventas de algunos de sus discos, como Stronger Than Before. También defendió los derechos de los niños y fue nombrada Embajadora de Buena Voluntad del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente.

En 2008 creó su propia fundación, el Olivia Newton-John Cancer and Wellness Centre en Melbourne, Australia. Su infatigable lucha contra la enfermedad hizo que a finales de 2019 fuera nombrada Dama del Imperio Británico. Justo por su labor humanitaria en la lucha y prevención de la causa de su muerte este 8 de agosto. Su esfuerzo por contribuir a la erradicación del cáncer, y sus otras causas sociales, hacen de Olivia Newton- John mucho más que una actriz y cantante. Y, al igual que ocurre con los políticos, esto reabre el debate sobre si los artistas deben ser, además de buenos en la actuación, también buenos como personas en su vida privada.

Un gran ser humano

Olivia Newton-John murió siendo un ejemplo de actriz famosa. Pero sobre todo de un gran ser humano. Una persona que dedicó su tiempo y recursos a luchar contra una de las principales causas de muerte mundial. Concretamente, el cáncer mata cada año a casi 700000 mujeres en el mundo. Solo en México y según el Inegi, esta enfermedad causó la defunción de 7821 mujeres y 58 hombres en 2020. Ojalá muchas más actrices, como ella, y como dijo John Travolta en su tuit de despedida, hicieran que la vida de todos fuera mucho mejor. Descanse en paz, Olivia.