Un tiroteo estalló en la madrugada del jueves 1 de noviembre en el centro de Orlando, Florida, durante un festejo masivo de Halloween. Esto resultó en un trágico saldo de dos personas fallecidas y seis más heridas. El hecho ocurrió alrededor de la 1:00 a.m., en medio de una multitud de entre 50,000 y 100,000 personas que celebraban la festividad en las calles del centro de Orlando.
La situación generó pánico entre los asistentes, que disfrutaban de la música y disfraces propios de Halloween. Según testigos, los disparos provocaron una estampida mientras las personas intentaban ponerse a salvo. Poco después del tiroteo inicial, se produjeron nuevos disparos en la misma zona. Varias de las víctimas fueron trasladadas de inmediato a hospitales cercanos. El jefe de la policía de Orlando, Eric Smith, comentó que los seis heridos, de entre 19 y 39 años, ya recibieron tratamiento y se encuentran en condición estable.
Más de 100 oficiales estaban desplegados antes del incidente, anticipando la alta concentración de personas en la festividad. La seguridad había sido reforzada debido a la magnitud del evento, pero aun así no se pudo evitar la tragedia.
El tiroteo se suma a una preocupante tendencia de violencia armada en eventos públicos en Estados Unidos. Esto reaviva el debate sobre el control de armas y la seguridad en eventos masivos.
Las autoridades informaron que un joven fue detenido como principal sospechoso del ataque. Agentes de la policía identificaron al sospechoso como Jaylen Dwayne Edgar, de 17 años.
El presunto tirador, ya tenía antecedentes penales, en 2023 fue arrestado por robo calificado. Sin embargo, las autoridades siguen investigando sobre el ataque y se desconoce si él fue el responsable del ataque. Este arresto ha despertado preguntas sobre el motivo del ataque. Los investigadores ahora evalúan cargos severos contra el joven, quien podría ser procesado como adulto, según el fiscal estatal de Florida, Andrew Baine.