El día 10 de noviembre se llevó a cabo la decimosexta carrera de la Universidad Panamericana. En ella participaron tanto alumnos, maestros, alumnis y personas cercanas a la comunidad UP. La cita se hizo presente en el Parque Metropolitano, al lado del estacionamiento vertical. Se le solicitó a los corredores llegar antes de las 6:00 am, para poder tener un buen calentamiento. El pitazo de salida se dio a las 6:30 am para los corredores de los cinco kilómetros y a las 6:35 am para los de los 10 kilómetros.
Desde mi punto de vista, todo esto empezó aproximadamente hace un mes. Al anunciarse la carrera, me emocioné mucho por la oportunidad de poder competir en mi primera carrera oficial; sin embargo, también era un desafío gigantesco, ya que acababa de salir de una lesión y significaría volver al deporte de alguna manera.
La carrera era algo muy presente en mis días, pues significaba un reto tanto personal, psicológico y físico, por lo que decidí estar entrenando todos los fines de semanas para poder tener un avance y que la carrera la pudiera llevar de la mejor manera, esto incluyendo que sería la primera vez en mi vida que correría los 10 kilómetros. Tras todos estos sentimientos de angustia, motivación, cansancio y hambre de superación, llegó el tan esperado día.
El día iniciaba con una mañana oscura en la que se hacía presente la luna, dando una pequeña luz a todo el parque y con un frío que recorría todo el cuerpo; sin embargo, en el área de salida el ambiente era inmejorable, pues se sentía una euforia acompañada de nerviosismo y concentración, por parte de todos los competidores.
Yo me había despertado a las 5:00 am para empezar el día. Primero me di un baño con agua fría para despertar y acostumbrar a mi cuerpo al frío de la mañana; después decidí emprender mi camino a la UP con una sensación de miedo y angustia por lo que podría llegar a pasar. Estando ya en la UP, los nervios poco a poco se hacían más y más grandes, al igual que el frío me envolvía cada parte de mi cuerpo, así que decidí vivir el momento y tranquilizarme poco a poco, para que esta sensación de angustia se convirtiera en una de motivación.
Antes de correr, se invitó a los participantes al mencionado calentamiento, con la finalidad de evitar posibles lesiones o daños musculares. Después de un pequeño lapso de tiempo, todos los corredores de cinco kilómetros se hacían presentes en su respectiva área, para esperar el disparo de inicio y posteriormente salir a toda marcha para poder iniciar su distancia correspondiente, lo que posteriormente también harían los corredores de 10 kilómetros.
Dieron los 6:35 am y mi grupo de los 10 kilómetros empezó a andar; tras los primeros pasos me decidí a que esta experiencia fuera tanto divertida como sería para mí, así que puse una sonrisa en mi cara y empecé a correr. Los primeros tres kilómetros fueron relativamente sencillos y sin ningún mayor problema, pero a partir de los cinco kilómetros todo iba tornándose más y más pesado.
Para este entonces ya empezaba a hacer más calor y a salir el sol, el sudor ya se hacía presente al igual que el dolor en las piernas, pero esto solo significaba una mayor motivación de llegar a la meta lo más rápido posible. Cada paso a partir del kilómetro 8 era más y más pesado, incluso llegó un momento en el que pensé rendirme, pero las porras de las familias y de los otros corredores hicieron que esos últimos pasos los diera con más fuerzas y en un abrir y cerrar de ojos ya me encontraba a escasos pasos de la meta con la misma sonrisa con la que salí esa misma mañana.
Al cruzar la meta el sentimiento fue inexplicable fue como si un fuego artificial explotara dentro de mí y me llenara de felicidad. Al terminar la carrera me di cuenta de la importancia de proponerte metas y sobre todo el trabajar para poder lograrlas y el nunca rendirme por más oscuro que se vea el camino.
Ganadores 5km
VARONIL LIBRE
FEMENIL LIBRE
VARONIL MÁSTER
FEMENIL MÁSTER
VARONIL VETERANOS
FEMENIL VETERANOS
Ganadores 10Km
VARONIL LIBRE
FEMENIL LIBRE
VARONIL MÁSTER
FEMENIL MÁSTER