¿Qué cabe esperar de la Guardia Nacional?

Ya es oficial: la Guardia Nacional (GN) formará parte de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena). Después de una votación en el Senado de la República que estuvo envuelta en polémicas legislativas y reproches por parte de la oposición a la bancada en el poder, la estrategia de seguridad del Presidente fue aprobada. En medio de una ola creciente de violencia generalizada en todo el país, el Gobierno Federal apuesta por la militarización. En México ya hay más de 100 mil desaparecidos. Desde el comienzo de la llamada ‘Guerra contra el narco’, han desaparecido 97 mil personas. Además, en lo que va del año han sido asesinados 15 periodistas. Los cárteles del narcotráfico han entrado en una lucha encarnizada para extender su territorio. En este contexto es en el que se apunta hacia la militarización de la Seguridad Pública del país.

Esta estrategia de seguridad fue objeto de debate en la opinión pública. Por un lado, la oposición afirma que es una medida autoritaria y peligrosa. Asimismo, dijeron, va en contra de lo que el presidente prometió en campaña. Durante ésta, AMLO dijo que los militares ya no estarían en las calles y regresarían a los cuarteles. Por el otro, el Ejecutivo aseguró que “cambió de opinión” y que “nos conviene a todos” que la Guardia Nacional forme parte de la Sedena. Esto con el fin de que se pueda cimentar la GN y ayudar a que sea una gran policía nacional.

De igual modo, voces críticas se han pronunciado en contra de esta medida. “Es una clara militarización de México. Y no es sólo entregar la seguridad pública al ejército: es también aumentar el poder que ya tiene, lo que es peligroso y preocupante”, dijo Cristina Reyes, directora de la Asociación Civil México Unido Contra la Delincuencia.

Sin embargo, también ha habido voces a favor de esta estrategia. Epigmenio Ibarra, periodista y cineasta, argumentó que “¿por qué ante el colapso de las policías, cooptadas casi todas por el crimen organizado, no ponerla a cargo de la Guardia Nacional? ¿Por qué no dedicar a las mujeres y hombres que la integran a trabajar por México a construir la paz? No se militarizará el país, y es por esto que yo sí cambié de opinión cuando se pone [sic] al Ejército al servicio del pueblo”.

Por lo pronto, el Presidente prometió que realizará una consulta ciudadana para que la población decida si fue una buena decisión que la GN pasara a la Sedena.

Guardia Nacional, la última oportunidad de paz

En medio de la polémica, la crisis de seguridad sigue presente. Los grupos del crimen organizado son cada vez más fuertes y controlan con mayor fiereza su territorio. Las policías son incapaces de hacerles frente. Basta ver cómo hombres armados imponen retenes en carreteras de Jalisco sin respuesta operativa de las autoridades. O como cientos de personas fueron desplazadas por la guerra encarnizada entre el CJNG y grupos locales del narcotráfico en Michoacán. Impera una impunidad insostenible. Es por esto que la Guardia Nacional se vislumbra como la última oportunidad de paz para el país.

Los cárteles del narcotráfico han sido el mayor cáncer que ha golpeado a México en los últimos 20 años. Son organizaciones terroristas que deben ser confrontadas con el mayor peso del Estado. Recordemos que estos grupos no crecen por su poderío intrínseco, sino que son apoyados y sustentados por las mismas autoridades municipales, estatales y federales. Son, tal cual, terroristas. Y el Ejército es la única fuerza gubernamental que puede hacerles frente. Es momento de quitarles el control del país y regresárselo al pueblo, y la GN tiene la última oportunidad para hacerlo.

Pese a riesgo, es la única opción

Pese a que somos conscientes de los peligros que conlleva la militarización de la Seguridad Pública, también debemos reconocer que las policías se han visto desbordadas por los cárteles. Ellos son los verdaderos gobernantes y dueños de gran parte del país. Son capaces -y tienen una enorme impunidad para hacerlo- de secuestrar, asesinar y hacer desaparecer a los ciudadanos, así como de bloquear sus calles o cobrarles derecho de piso. Aunque no lo parezca, el simple hecho de salir a la calle nos hace vulnerables. Ellos, escondidos, pueden en cualquier momento actuar. Son reyes y señores del estado y de la ciudad. Son los terroristas que mandan y gobiernan. En otras palabras, tienen todo el poder para suplantar al estado legítimo.

Llegados a este punto, podríamos tener la esperanza de que la GN llegue a recuperar la paz en el país.

Texto realizado en colaboración son Sebastián Mier.