De alumna a maestra, Ana Fernanda Sánchez Cuétar

La educación es un factor clave para el desarrollo de un país. Quienes hacen que sea posible, los verdaderos mensajeros del conocimiento, son personas que deciden trascender a través de sus alumnos. La pandemia nos hizo repensar la manera en que se enseña y aprende. De la tradicional aula a una educación de emergencia, que se ha convertido en la nueva normalidad.

En la Universidad Panamericana hay alumnos y maestros que han tenido que adaptarse y reinventarse. Hallamos la historia de Ana Fernanda Sánchez Cuétar, pedagoga y alumni UP. Actualmente es profesora en un colegio de la zona metropolitana de Guadalajara. Aunque inició como docente en una modalidad virtual, el verdadero cambio lo vivió del otro lado, como estudiante.

“Vivir el cambio como estudiante y luego como profesor me dio muchas ventajas, porque me permitió ser más empática con mis alumnos”

A pesar de que sus alumnos son mucho más pequeños que ella, ella menciona que la clave es la empatía. La adaptación es para todos: desde alumnos, docentes e incluso papás.

Adecuaciones y retos

En un principio se adaptaron los contenidos a plataformas digitales y no se podían usar las estrategias de antes. La búsqueda de nuevos recursos y herramientas fueron los primeros retos para hacer funcionales las clases. También había que competir contra la falta de atención. Aunque ese no es un tema nuevo, la virtualidad lo exponenció.

Una gran parte del equipo educativo aún no estaba preparado para este salto en línea, pues para muchos ese era un terreno desconocido. Si a todo esto le sumamos que el tiempo de clases se redujo, tenemos como resultado a unos profesores que hicieron malabares para lograr que sus alumnos recibieron de manera óptima los conocimientos.

Motivación en línea

Ana Fernanda nos cuenta que la modalidad en línea no es lo mejor, y eso lo vio en sus alumnos. En línea como en presencial normalmente el alumno se distrae. Pero estando en casa es aún más difícil conseguir la concentración. Los alumnos pueden sacarse los audífonos de la cabeza y ya los has perdido.

“A veces sentía impotencia de verlos en la cámara sin los audífonos haciendo algo completamente diferente, no tenía manera de llamar su atención”

A pesar de ello, Ana Fernanda nos comparte que nunca perdió la motivación. Ella sabía que tenía que ser la primera en transmitir esa energía positiva para que los alumnos pusieran de su parte.

La calidad de la educación en pandemia

Cuando le preguntamos a esta joven profesora cómo calificaría la calidad de educación que se les puede brindar a sus alumnos a distancia, nos confiesa que las posibilidades no pueden igualar a lo presencial. Sin embargo, la educación en línea ha superado sus expectativas. Al implementar un trato más personalizado logró que se pudieran consolidar mejor los conocimientos.

En primer año de primaria, grado que imparte Ana Fernanda, se espera que los alumnos terminen leyendo y escribiendo. Aunque sí logramos que los alumnos leyeran, para ellos escribir resulta todavía complicado; hace falta el acompañamiento presencial para lograrlo, declara ella.

 “Reconozco que mi experiencia no es la que se vive en muchas otras escuelas y colegios en México, y que la virtualidad ha tenido sus consecuencias en la calidad del aprendizaje”

El papel de las autoridades

La Secretaría de Educación Pública (SEP) abrió el programa Aprende en casa, para que 11 millones de estudiantes y 800 mil maestros de kínder, primaria y secundaria pudieran estudiar y trabajar desde casa. En Jalisco se han impulsado los programas de escuela híbrida. Ana Fernanda comenta que esto ha ayudado a que los alumnos cimienten los conocimientos adquiridos en un formato en línea.

El papel de los papás en la educación en línea

Los padres y tutores siempre han sido clave para que la educación de los alumnos sea exitosa. Pero ahora su papel es indispensable, sobre todo en edades tempranas, expresa Ana Fernanda. Los pequeños apenas están en proceso de desarrollar el sentido de la responsabilidad y hábitos de estudio. Cambiar la mentalidad  ‘estoy en casa pero sigo en escuela’ es algo que los papás han tenido que llevar a cabo. También han tenido que trabajar en cumplir los tiempos e incluso involucrarse en subir tareas y trabajos.

“Creo que los papás no son conscientes del papel que jugaron en el desarrollo de la autonomía de sus hijos”

Ana Fernanda pudo ver cómo sus alumnos se volvieron más responsables a la hora de subir trabajos conforme el ciclo escolar fue avanzando. Ella espera que el involucramiento de los padres en línea sea algo que prospere aun cuando regresemos a las aulas.

-VRL