El nombre Andrew Tate es lo más googleado del momento. Ete tiktoker, que se autodefine como “un verdadero hombre”, ha saltado a los titulares por suscitar el odio hacia las mujeres, por lo que Youtube ha acaba de cancelar su cuenta, detrás de Tiktok, Instagram, Facebook y Twitter. Ex boxeador profesional, en 2016 fue expulsado del programa británico “Big Brother” por golpear a una mujer. El suceso se había grabado y el video se filtró a los medios de comuniación.
El tiktoker cuenta con millones de seguidores. Concretamente, 11.6 billones de personas han visto sus videos machistas. En 2017 fue cancelada su cuenta de Twitter por sus comentarios acerca de las víctimas de abuso sexual, mencionando que “deberían tomar responsabilidad”. Su expulsión de Twitter no lo detuvo, pues siguió basando su fama en seguir despreciando públicamente a las mujeres. “No saben manejar, deben quedarse en casa, son propiedad del hombre”. Estos son solo algunos de sus comentarios. Además, Tate, de 35 años, ha llegado a confesar que solamente sale con mujeres de 18 o 19 años porque sabe que a ellas puede manipularlas.
Lo preocupante del caso, teniendo en cuenta que la mayoría de sus seguidores son menores de edad, es la cantidad de jóvenes que frecuentan a este tiktoker en las redes sociales. Sus opiniones han sido descritas como misoginia extrema por organizaciones que luchan contra el abuso doméstico. Incluso podrían radicalizar a hombres y niños para atentar contra las mujeres fuera de línea. Hubo quejas contra Tiktok, pues la plataforma tardó en eliminar los videos a pesar de las violaciones contra sus políticas en términos de misoginia.
Varios maestros en Estados Unidos han expresado su preocupación ante esto. Creen que muchos estudiantes están actuando de manera ofensiva y algunos incluso rechazaron completar las tareas asignadas por las maestras. Siguiendo las ideas de Tate, tres alumnos estadounidenses se negaron a leer un artículo de una autora, porque las mujeres “no saben pensar y sólo deben ser amas de casa”.
Las redes sociales son un arma de doble filo. Es preocupante lo rápido que se absorbe la información y cómo sus seguidores pueden ser adoctrinados, en este caso en pro de un machismo exacerbado. Esto reabre el debate de lo necesaria que resulta la educación en consumo de medios. Así como debemos preparados para reconocer la desinformación o los bulos, también debemos prever los contenidos que degradan a otros. Lejos de ser seguidos y aplaudidos, personajes como este merecen el rechazo y la desaprobación social.