Parecía que este 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, las manifestantes iban a reivindicar sus derechos a la sombra de una valla. Hace dos días el Palacio nacional, residencia del Presidente, amaneció rodeado por muros de metal, y estos fueron interpretados como algo más que una medida de seguridad. Representan para muchos la postura actual de Andrés Manuel López Obrador ante la otra pandemia de México: la violencia de género.
Se le acusa de intentar frenar la libertad de manifestarse a quienes deseaban hacerlo hoy. Sin embargo, las feministas no se han quedado de brazos cruzados. Han usado los muros como lienzo, con los nombres de extremo a extremo de todas las víctimas de feminicidio.
Múltiples han sido ya las intervenciones feministas buscando responder a sus causas: el derecho sobre su cuerpo, la lucha contra la impunidad para agresores y violadores, contra la falta de rigor por resolver los casos de homicidio y desaparición, contra el nulo seguimiento a todos los reportes de violencia doméstica…
Aunque la pandemia persiste, esto no ha sido un impedimento para el #8M. Este año la emergente protesta se ha mantenido activa. Así lo informa el reporte Women and news: an overview of audience behaviour in 11 countries del Reuters Institute. Ese trabajo describe cómo en México no se han detenido los movimientos, ya sea en marchas o en redes sociales.
La desigualdad se ve en la oficina, con una brecha salarial de hasta el 12 %. Además, esta aumenta cuando las mujeres entran a la edad de la maternidad hasta un 21 %, según el Coneval. Y, en esta época de mayor permanencia en el hogar, muchas mujeres han experimentado violencia bajo su propio techo. Solo en Jalisco se recibieron 16,208 denuncias de agresiones en el último año.
Si hablamos de feminicidios, en México son asesinadas 10 mujeres a diario. Según el INEGI, solo en seis meses (enero-junio) del 2020 se registraron 1,844 homicidios de mujeres. La mitad de esos feminicidios sucedieron en Guanajuato, Estado de México, Chihuahua, Baja California y Jalisco.
El repudio que se ha construido hacía un gobierno patriarcal tiene ya varios años. Sin embargo, el gobierno de AMLO se ha ganado el descontento de numerosos grupos de presión como las feministas.
En esta ocasión, transcurrieron las horas en la marcha de hoy y llegó el punto en que los muros no fueron suficiente contención. Conforme avanzó el día se presentaron distintas muestras de violencia.
Entre su decálogo feminista, peticiones de marchar sin hacer escándalo, el apoyo al candidato Félix Salgado Macedonio y los muros, es imposible ver el apoyo del gobierno ante la exigencia ciudadana. Justicia, Castigo para agresores, violadores y homicidas, además de un verdadero interés en su gobierno federal por incluir en sus políticas públicas un plan serio en el que se cierre la brecha de género.
En el párrafo anterior nombrábamos a Félix Salgado Macedonio. Para quienes aún no lo sepan, es el candidato de Morena para la gubernatura de Guerrero. Lo sonado del asunto es que sobre él recaen dos acusaciones de violación sexual y tres de acoso. Pero más sonado aún es que AMLO lo apoya e insiste en impulsar su candidatura.
La encuesta popular dirigida por Morena continúa. Si Salgado Macedonio no gana la encuesta del partido, tendrá que renunciar voluntariamente a su candidatura para que se postule cualquiera de sus otras aspirantes, las senadoras Nestora Salgado y Beatriz Mojica, o Adela Román Ocampo, actual alcaldesa de Acapulco.
Sea como sea, lo que demuestra este caso no solo es la impunidad que rodea a México en los delitos de todo tipo, sino también que el presidente está lejos de atender las demandas legítimas de las mujeres de su país.